domingo, 19 de abril de 2020

Las Fiestas Anuales

Querida comunidad:

La Tierra es un organismo vivo, y es por eso que tiene Alma. Es éste Alma lo que acompañamos en nuestras  Fiestas Anuales. 

El Alma de la Tierra no siempre está unida al cuerpo físico terrestre, en ciertos momentos del año está dentro de él, y a veces está fuera, separados. 
La Tierra, como ya dije antes, es un organismo vivo, y está inmersa en grandes conciertos rítmicos. La respiración terrestre es uno de ellos. A través de movimientos de inhalación y exhalación la Tierra respira. Pero no solo lleva aire, sino que mueve su Alma. Al exhalar, el Alma se expande hacia el cosmos, separándose del cuerpo físico de la Tierra. Al inhalar penetra hacia el interior, uniéndose con su parte física, o sea que cuerpo y alma se encuentran unidos.
El Alma de la Tierra nunca está sola, la acompañan seres elementales en todo su proceso anual. 
Podemos relacionar las Estaciones de Año con esta gran respiración terrestre. Al exhalar percibimos el verano. Cuando el Alma está completamente fuera de la Tierra, unida con el cosmos, podemos percibir sus cualidades, como calor, movimiento que genera alegría, expansión, exuberante vegetación, mucha luz, energía, todo está manifestado como fruto de un gran proceso. Al inhalar percibimos el invierno. El Alma está unida al cuerpo físico terrestre, y vivimos otras cualidades, como el frío, la quietud, la oscuridad (los días son cortos y las noches largas), contracción, silencio. 
Existen dos polaridades intermedias, la primavera y el otoño. En otoño es cuando el Alma de la Tierra comienza a retraerse hacia el interior. El Alma se va despojando de lo superfluo, llevando sólo el germen de lo que necesita ser moldeado o transformado en esa quietud, para poder brotar en primavera como algo nuevo. 
Nosotros, como seres humanos, no podemos acompañar al Alma de la Tierra en todo su recorrido, pero sí podemos hacerlo a través de las Fiestas Anuales. 
A continuación adjuntamos la imagen de un péndulo, donde uno de sus extremos está apoyado en la corteza terrestre. Lo que viaja en el otro extremo sería El Alma de la Tierra, y lo que se manifiesta en la imagen es su ciclo anual. 

Agustina Egaña
























La esperanza de la Primavera