lunes, 13 de abril de 2020

Carta de una mestra

Querida comunidad:


Llevo 29 años adentro del aula, compartiendo la vida con niños. Y cada año que pasa voy tomando más conciencia, DE LO DIFICIL QUE ES ENSEÑAR:

¿Qué significa enseñar para mi?
Guíar a otra persona, para que descubra a través de sus propios procesos, los contenidos y los enigmas de este mundo. "Que la experiencia de ese camino, se transforme en alimento nutritivo para la vida".
Fortalecer la voluntad, que llevará a nuevas habilidades.
Siempre respetando la etapa evolutiva. Intento: dalr la mano, guiar, ofrecer luz, velar...
Pero el camino, lo hace cada niño. Y por supuesto la tarea de autoeducación, como adulto, trabajar con uno mismo, para intentar dar el mejor y el más genuino ejemplo. Pues los niños son capaces de ver y percibir nuestros verdaderos sentimientos, pensamientos y acciones.

Quiero agradecer el trabajo que están realizando en esta escuela hogar.
Además de hacer las tareas de la casa y seguramente sus trabajos particulares. Cada casa y cada familia es un mundo distinto al de los demás.
La idea principal es que los niños tengan en este período un alimento pedagógico; y como maestra, los ayude a encontrar un ritmo.
En la escuela todo es diferente: los niños trabajan en forma distinta, en un proceso grupal (ahora es individual). Es muy distinto el comportamiento con los padres que con los maestros.
Y las maestras nos hemos formado con metodología y fundamentos basados en la Antroposofía.

Considero un gran desafío lo que ustedes están realizando en estos momentos y les pido paciencia y consideración con ustedes mismos.
Considero que es un momento hermoso para conocer a sus hijos en otros aspectos. Seguramente surgirá una nueva relación.

Calma y mucho amor

Vanesa Fernandez




La esperanza de la Primavera