Tomás Davidis





Queridas familias de La Lumbrera:

Mi nombre es Tomás Davidis, maestro de música a partir de este año en la escuela. Les presento, de manera breve y a través de este medio, algunos aspectos importantes sobre la música en la pedagogía Waldorf. 

¿Porqué se le da tanta importancia a la música durante toda la escolaridad? ¿cuales son los motivos, las metas de este largo camino? 

Si pensamos en el trabajo individual que podemos desarrollar a través de la música encontramos diferentes facultades del ser humano como, desarrollar la voluntad, ennoblecer el sentir y afinar nuestro pensar. La música nos regala una oportunidad de trabajar con nuestras cualidades. Cada nota, cada melodía, cada obra que vayamos conquistando a través del ejercicio nos ayudará a desarrollar la voluntad y experimentar, de manera artística, que el ejercicio deviene en expresión sonora y, a través de la práctica, en algo bello y valioso para compartir. 

Otro gran motivo del trabajo musical tiene que ver con su aspecto social y allí podemos encontrar la alegría en el trabajo grupal. Pensemos, por ejemplo, en una orquesta conformada por diferentes instrumentos: cada uno tiene su color especial, cada uno tiene momentos de mayor o menor protagonismo, cada cual a la medida de sus posibilidades desempeña su rol. Y para que suene armoniosamente es necesario respetar y adaptarse al pulso general, a la dinámica propuesta. Allí hay reglas y acuerdos musicales por seguir y es necesario estar bien despierto para escuchar y ser partícipe de lo que suena. 

La orquesta y/o coro, integrada por diferentes niños, debe conformar entre todos un único cuerpo sonoro, un gran organismo. Esto requiere un arduo trabajo tanto individual como grupal. A través de este trabajo se van puliendo aspectos sociales como la paciencia, la tolerancia, el respeto y por sobre todo: la escucha. Es un trabajo de búsqueda en el cual es necesario repetir y ejercitar una y otra vez. Mediante la repetición y la perseverancia se desarrolla, como ya vimos, la voluntad . 

Nosotros mismos nos vamos transformando interiormente. La música posee una gran fuerza transformadora que, guiada adecuadamente, fortalece la voluntad, desarrolla capacidades sociales y ennoblece el ser del niño. 

“Solo es sanador 
Si en el espejo del alma humana 
Se forma toda la comunidad 
Y en la comunidad vive 
La fuerza del alma individual.” 
Rudolf Steiner

´






Queridas familias: Debido a la situación actual, de público conocimiento, nos vemos obligados a permanecer en casa. Se cerraron las puertas de las escuelas y también se cierra la puerta de salida de nuestras casas. O al menos se vé muy restringida. Nuestros niños, necesitan continuar con un ritmo también puertas adentro. Un ritmo que les dé seguridad y sensación de bienestar. Si cada día repetimos la misma secuencia de actividades (aunque las actividades en sí varíen) , pronto sentiremos que es el ritmo mismo el que nos lleva sobre sus alas. El ritmo reemplaza a la fuerza. Así podemos establecer un cronograma de horarios con actividades específicas y mantenerlos siempre igual a lo largo de la semana. Para el momento de practicar lo musical hemos buscado con especial cuidado aquellas actividades que no requieren el uso de aparatos tecnológicos. Sabiendo que en muchos casos este uso se vé intensificado por la situación de cuarentena, apelamos a juegos que no necesitan conocimientos musicales previos y que sean accesibles a cualquier persona. A la vez son actividades con sentido que contribuyen al cultivo de la escucha. Una capacidad que hoy en día nos parece fundamental de fortalecer. Deseamos que pueda ser de utilidad!

Música Actividades para desarrollar la escucha 
Por Daniela Nardini y Tomás Davidis 

La siguiente recopilación de actividades está pensada para fomentar el desarrollo de la escucha, la creatividad musical y la improvisación. Estas actividades pueden comenzar de manera sencilla e ir complejizándose a medida que se las ejercita. Cada juego llevará su tiempo por lo que no es necesario abarcar todos de una vez. 

  • Juego del eco: Se puede jugar de a 3 o más personas. Alguien propone un ritmo ( simple, que se pueda repetir de la misma manera, sin alterarlo, todas las veces que sea necesario) . Los demás lo copian. Si lo copiaron igual, entonces continúa la siguiente persona y propone un nuevo ritmo. Si no lo copiaron igual, lo vuelve a hacer la persona sola y el grupo lo vuelve a intentar hasta que lo pueda hacer. 
Variantes: 
1) Con la voz: El mismo juego se puede hacer con una melodía. Alguien canta o silba una melodía y los demás deben copiarla.                                                                  
2) Con instrumentos: Si dos o más personas tienen un mismo instrumento, una propone una melodía y las otras la reproducen (como melodía ya cuentan 2 o 3 notas). Para principiantes el ejercicio puede ser tocar una sola nota y que la otra persona responda encontrando y tocando esa misma nota. 

  •  Collar de ritmos Si son más de dos personas se recomienda jugar en ronda. En este juego una persona propone un ritmo corto para que la siguiente lo copie y agregue algo nuevo, luego le toca el turno a la próxima persona y así sucesivamente hasta que no sea posible reproducirlo.  

  • Adivinanzas auditivas ¿Qué es lo que suena así? Alguien esconde un objeto o instrumento y lo hace sonar. El resto del grupo tiene que reconocer lo que ha escuchado. El juego se vuelve interesante cuando se buscan objetos poco convencionales. También se pueden buscar objetos de la naturaleza como semillas, caracoles, hojas, ramas, etc. Dependiendo del tamaño de las hojas secas cambia el sonido. Se puede desafiar a quien/es escucha/n a adivinar el tamaño y hasta la forma que tienen las hojas. También en el caso de las semillas cambia el sonido dependiendo de su forma … ¿Puedo reconocer a través del sonido qué semillas son? 
  • Sonido en Movimiento: En este juego se puede hacer sonar una campana, gong, címbalos, triángulo o cualquier instrumento que tenga un sonido que perdure en el tiempo. Se invita a todos los que jueguen a caminar hasta tanto deje de sonar. Cuando cesa el sonido, cesa el movimiento, si vuelve a sonar, se puede volver a caminar. La idea de este ejercicio es intensificar la escucha hasta el momento del pasaje entre el sonido y el silencio. 
  • El reloj:Si son más de dos personas se recomienda jugar en ronda. Como primer objetivo se intentará lograr marcar un pulso en común con los pies o las manos tomando como referencia los segundos del reloj (sin necesidad de mirar un reloj sino solo imaginándolo). Una vez que todos los pies o manos han encontrado un pulso en común se puede comenzar a mandar el pulso de pié en pie o con las manos, como si fuesen las agujas del reloj en movimiento. Luego de dar unas vueltas se puede parar y ver entre todos qué pasó ¿Lo logramos? ¿Se aceleró? ¿Se paró el reloj en algún momento? No se puede decir nada, ni corregir a los demás, mientras se está haciendo el ejercicio. 
  • Reconocer lo que no veo: Se elige a una persona para que se sitúe en el centro de la habitación con los ojos tapados. Quienes la rodean pueden tener instrumentos o utilizar la propia voz. La meta del juego es que quien tenga los ojos tapados pueda reconocer lo que escucha. (Una voz cantada, un instrumento, un objeto.) 

Variantes: 
1. ¿De dónde proviene? Reconocer desde dónde llega el sonido (atrás, al costado, adelante, cerca, lejos, etc.) 
2. ¿Quién canta?: Reconocer de quién es la voz que está cantando. 
3. ¿Cuántos son?: Se puede hacer sonar un instrumento o la voz cantada de a dos o más personas. La meta será en este caso, reconocer la cantidad de voces. Importante: Antes de comenzar el juego aclarar cuál de las variantes vamos a elegir. Si se avanza en el juego se puede tratar de reconocer todas las variantes a la vez. 

  • Cuentos musicales: Elegir un cuento corto o inventarlo y musicalizar algunas partes. Sugerencias para desarrollar la propuesta: 1. Leerlo (o que los padres lo cuenten) 2. Elegir qué momentos o imágenes quiero musicalizar. 3. Buscar instrumentos u objetos sonoros que me parezcan adecuados. 4. Improvisar, ir probando a medida que se cuenta la historia. 5. Compartir. 
  • Escucho mi alrededor: Quienes participan del juego se proponen durante un minuto, o más, hacer silencio para poder escuchar todos los sonidos que los rodean. Al finalizar se comparte lo que escucharon. Se recomienda hacer el mismo juego en diferentes lugares. Dependiendo de la edad se puede volcar en un papel lo que escucharon para luego compartirlo. Es importante tener en cuenta las siguientes pautas o "reglas de oro" 

La música necesita del silencio para manifestarse con claridad, por lo cual será importante que, previo al comienzo de cada juego, se pueda generar un clima de concentración y escucha. 

Durante los ejercicios (juegos) o mientras suene la música (ya sea un instrumento, la voz o un ritmo percutido) no se puede hablar ni corregir al resto del grupo. Cada persona lleva un músico en su interior y no necesita conocimientos previos para comenzar a relacionarse con elementos básicos musicales. Los invitamos a experimentar y establecer un vínculo con la propia musicalidad y la de quienes nos rodean



La esperanza de la Primavera