“Solo
existe un templo en el mundo,
Nada
hay más sublime que esta figura erguida.
El
inclinarse delante de las personas,
Es
un homenaje a esa revelación en el cuerpo”
Novalis
Hola, querida comunidad de La Lumbrera!
Mi nombre es Jonatán
Soto, aunque todos me dicen Jona. Soy
profesor de Educación Física y estoy formado también en Gimnasia Bothmer
y Spacial Dynamics (disciplinas creadas desde la antroposofía para abordar al
movimiento). Estoy muy contento de dar
las clases de educación física en la Escuela, y esto sucede desde que los niños
y niñas cursan el 3er grado.
El considerar al ser humano como una integridad, como un ser
espiritual viviendo en el mundo físico, nos pone como maestros frente al
desafío de abordar cada área de trabajo tomando en cuenta también a las demás,
como un todo. Ya que las actividades que
realizamos, aportan desde su cualidad particular hacia un mismo fin.
Teniendo en cuenta esto,
¿Qué aporta la educación física en la formación del niño desde la pedagogía
Waldorf?
Como dice el lema de Novalis, el cuerpo que habitamos es el
“primer facilitador” que tenemos para plasmar nuestra actividad en la tierra. Y
este cuerpo se maneja con las leyes del mundo físico y tiene infinitas relaciones con los pensamientos,
sentimientos y acciones que vivimos. El cuerpo alberga movimiento, es un gesto de su vitalidad.
El observar al niño/a, su postura y sus movimientos. El proponer actividades con sentido de acuerdo a
su momento evolutivo y/o biográfico. Apuntan a generar movimientos fluidos, hábiles, precisos, con
buen tono, pero sin rigidez. Así se forma un cuenco donde el pensar, el sentir y el actuar se desarrollan
armónicamente, es decir saludablemente.
Hay un camino muy bello que propone la Pedagogía Waldorf
para las clases de Educación Física, a lo largo de la escolaridad. Donde
comenzamos con juegos y desafíos motrices, luego pasamos por actividades donde la
repetición y la adquisición de habilidades son necesarias, continuando con la práctica de deportes de encuentro con
el otro/a para medirnos (no para
competir). Para que finalmente el /la joven perciba cómo sus actos individuales
pueden plasmarse y transforman al mundo, ya no referenciándose en un otro, sino aportando sus actos individuales en forma
creativa/creadora, soberana en el
mundo…en lo cotidiano. Este arco que describo tan brevemente comprende las diferentes cualidades
(a grandes rasgos) que debe tener la clase desde la primaria, secundaria y un
poquito más también.
También desde la clase estamos acompañando a un largo
proceso, el de la encarnación. Desde que nacemos, nos vamos adueñando de
nuestro cuerpo, y poco a poco diferenciándonos del entorno. Lo habitamos cada
vez más. En la Educación Física, la gimnasia Bothmer acompaña con sus
ejercicios este proceso…desde las rondas de tercer grado, donde vislumbramos al cuerpo como casa a habitar por el alma, hasta ejercicios más complejos de
metamorfosis y transformación para jóvenes de secundario y adultos también.
Hay un eje más que interactúa siempre y en todos los
espacios de la escuela, que es el social. Desde el movimiento, el percibir y
percibirse, solos/as y en el encuentro con otros y otras, el respeto mutuo, la
aceptación de limites (físicos y sociales) son situaciones siempre presentes…el
acompañar a los niños y niñas (con los juegos y actividades como marco) en este
aspecto, es una oportunidad y responsabilidad muy grande para mí.
Muchos aspectos aquí nombrados son responsabilidades
presentes en el área de la Educación Física,
compartidas con el resto de la Escuela,
y toda su comunidad, en cuanto nos
encontramos todos como adultos co-educadores
(y más en estos momentos). Específicamente
en el tiempo que me toca a mí estar frente a los niños y niñas intento
enfocarme lo mejor posible en ser guardián y guía, de estas reflexiones
compartidas. Siempre con calor y mucho amor.
¡Muchas gracias!
Jona